Tras un año, desde
que Agustín Navarro y Rubén Martínez
cedieran el poder a los tres concejales Liberales, los ciudadanos poco tienen
que celebrar. Lejos de cumplir todo lo que nos vendieron, apenas han cumplido
alguno de los objetivos de su gobierno, que iba a mejorar el bienestar de las
gentes de Benidorm.
Tras doce meses,
seguimos manteniendo 7.000 parados, son numerosos los empresarios que han
tenido que cerrar sus negocios, son escasas las oportunidades para nuestros
jóvenes y seguimos con una baja rentabilidad en la hostelería. Nada que haya
hecho Gema Amor permite devolver la
esperanza a tantos ciudadanos, que desconfían de sus cambalaches políticos y cada
d ía se enfrentan con la dura realidad de sus vidas.
No ha mejorado el
escenario de nuestras calles, que podrían estar más limpias, o las aceras mas
cuidadas o mejoras en el tráfico y los aparcamientos. Cada día vemos mas basura
amontonada en muchos rincones, más baldosas desconchadas y más zona azul en el
Rincón o La Cala. En cambio, no han bajado el recibo de la basura y han subido
el impuesto de los vehículos. En el Rincón de Loix, toleran la falta de
seguridad y permiten que las mejores playas del mundo se conviertan en un
mercadillo sin vigilancia. Al contrario, hay muchos menos policías y han
desaparecido los guardaplayas.
El gasto social, tan
necesario ahora, no ha sido su prioridad y hasta han tenido que pedir la
caridad de empresas y particulares para poder abrir un comedor escolar. Las
familias en situación de pobreza, los desempleados sin subsidio o los niños
cerca de la exclusión no han tenido una mejor esperanza ni una mejor respuesta
en estos doce meses.
El urbanismo, que
debiera estar basado en el interés general, se ha convertido en la satisfacción
de la clientela liberal. Con sus gestiones, Gema Amor va a disminuir el
patrimonio municipal hasta en 75 millones de euros, después de sus convenios en
Sierra Helada y Armanello o la expropiación de El Moralet. Son 75 millones que saldrán
de las arcas municipales, de unas arcas que ya deben cerca de 150 millones de
euros a bancos y proveedores.
Se estrenaron con más
asesores y más sueldos para sus adictos, nos ocultaron la verdad en el incendio
de la huerta, se enfrentaron al Consejo Vecinal cansado de contratos
innecesarios y acaban sin cumplir la rebaja en el recibo de la basura.
Sin embargo, también
han tenido sus aciertos como la evolución de la Fundación de Turismo, basada en
el peaje de algunas empresas, el Centro de La Cala o del Rincón y fotos. Siempre
muchas fotos. Miles de fotos inaugurando farolas, macetas, placas en las calles
o señales de tráfico. Pero, con fotos solamente, no se gobiernan las ciudades.
Con fotos solamente, tampoco llega el autobús del AVE, el gas ciudad o la zona
industrial.
Ha sido una gestión
política basada en el odio a los que no piensan de igual manera, basada en el
constante insulto y descalificación, sin dialogo ni transparencia. Hay que ver
cuánto han cambiado los concejales del PSOE.
Después de un año, un
año perdido, todo sigue igual; nada ha cambiado para muchos y mucho ha cambiado
para unos pocos. Esa es la nueva forma de gobernar, es la forma de mandar de
los liberales y es la forma de obedecer del grupo socialista, que como siempre,
levantan la mano y agachan la cabeza.
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