lunes, 13 de mayo de 2013

CARTA A VICENTE


CARTA A VICENTE


Son muchas las semanas que hace que no me pongo en contacto contigo, perdóname. Sinceramente algunas de las cosas que te voy a decir ya las sabes. Supongo que habrás visto a Juan Espada, hace unos días que estará por ahí. Otro que ha dicho adiós ha sido Paco Francés, ¡seguro que lo conoces! En fin poco a poco, si contamos a Escandell y otros, iras formando y tu equipo. Es una pena que nada pueda saber de lo que pasa, si es que pasa algo, por donde estáis. Por mucho que le digo a Juanita que me diga algo, pasan las noches y nada me dice.
Por aquí abajo todo casi igual. Tal vez la única diferencia sea que Gema se ha consolidado como la mandataria municipal. Agustín es meramente un botones de ella. Creo que ya te conté el abandono de Juan Ángel Ferrer de la disciplina de Agustín y Gema, si no te lo conté ya lo sabes. Ahora es el concejal no adscrito y gracias a él los periodistas tenemos y contamos con muchas mal información. También hubo un incendio, al lado de vuestra actual morada, y Agustín, con Gema, no quieren que se sepa de quien es la culpa. Yo lo he dicho mal de una vez, ¡es de ellos!
Benidorm sigue siendo el de siempre. Mucha gente, buen clima y mucho pasear. Yo creo que ahora quienes nos visitan pasean mal que nunca, así no gastan.
El ayuntamiento que tú dejaste no es el mismo. Ahora mal bien parece una sastrería de alta confección. Tenemos problemas con el concesionario de hamacas y sombrilla. El Burger King del Cementerio La Virgen del Sufragio sigue intocable. La reforma del PGOU ni se sabe. Para que le quite la querella Agustín concede más aparcamientos de ORA.
Cada vez está mal cerca las elecciones del 2015 y empezaran los nervios aparecer en aquellos que aún quieren seguir medrando de los contribuyentes. Mañana juega España contra Paraguay aquí, en Foietes. Lo que veo difícil es volver a tener toros de nuevo. Ya te contare algo la próxima vez de este tema.
A tu hijo Vicente lo veo con cierta frecuencia por la calle Gambo. Yo suelo ir todas las tardes a la cafetería Astoria a tomar, en su terraza, un cortado y él suele pasar por allí. Lo veo bien y con mucha moral.
Sin ves a mí mujer, a Juanita, dale un beso, ¡ojo! de mi, parte y dile que cada vez tengo mal ganas de estar con ella. 

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