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Li diu el mort al degollat: Qui t'ha fet eise forat?
Le dice el muerto al degollado: ¿Quién te ha hecho ese agujero?

Cuando no es por blanco, lo es por negro, pero todos los días andamos -políticamente hablando- con idéntica hipocresía.

Cuando nuestros “electos” cogen el micrófono, el objetivo de la cámara, o el teclado no cesan de demostrar a quien les quiera oír, ver o leer, lo extraordinariamente buenos que son, cuánto saben, el enorme sentido moral con que tratan el día a día de Benidorm y la sublime, excelsa y admirable ética que les embarga. La hipocresía les envuelve como el papel de celofán al ramo de flores.

En este punto de encuentro todos utilizan la misma letanía: A mí solamente me importan los ciudadanos de Benidorm.¡Amen!. Pero olvidan que al resto de los ciudadanos además tambien nos importan el fútbol, los toros y sobretodo el uso y destino de nuestros impuestos.

Todos los días recibimos extraordinarias lecciones didácticas de lo mal que se están haciendo las cosas en nuestra ciudad, pero curiosamente solo se utilizan verbos en modo presente, nunca en otro modo pasado o futuro que pueda dejar la puerta abierta a una posible y esperada petición de disculpas o a una posible solución; olvidan que la unión hace la fuerza. Con esa dialéctica inyectan de forma subliminal -en quien les aguanta- que quien está criticando lo haría infinitamente mejor. Conscientemente utilizo haría en lugar de hará porque espero que quienes utilizan petulantemente esta ingeniosidad no vuelvan a ser “electos”.

Alguien puede argumentar que de vez en cuando conjugan verbos en modo pasado: hay que reconocer que es cierto, en alguna ocasión lo hacen. Ahora bien siempre y cuando ese modo les sirva para de una u otra forma dejar en mal lugar a quien vaya dirigido el hostigamiento. Es decir, solo afloran el recuerdo histórico que pueda zaherir, mortificar e incluso satirizar al contrario. Conjugar verbos activos que sean constructivos e incluso que traten de remedar en todo o en parte dando soluciones a lo criticado, o es estilo inexistente en su exiguo, restringido y limitado vocabulario o simplemente no entran a formar parte de su pueril y aldeana estrategia política.

Curiosamente nunca he tenido la oportunidad de ver, oír o leer una sola disculpa sobre lo mal que se hizo lo que se está criticando. Aplican sencillamente la lógica; a nadie le gusta tirar piedras sobre su propio tejado. Esa es una de las asignaturas pendientes de nuestros “electos”, reconocer los propios errores y pedir con un mínimo de humildad el debido perdón por respeto al menos a quienes les votaron.

Recordar en estos momentos la deuda millonaria producida por las obras supuestamente faraónicas -calificadas así desde el punto de vista de un municipio de 72.000 habitantes- a los que todavía no se les ha reconocido económicamente a nivel autonómico y nacional la importancia de su realidad, negándoles el indiscutible, incontestable e innegable carácter turístico de nuestra ciudad, evidencia el buen hacer y la calidad de nuestros democráticos “electos”.

Por cierto, en mi opinión todos nuestros “electos” han perdido esta semana la oportunidad del siglo, porque deberían haber invitado a visitar nuestra ciudad a los diez equipos de Inspección de la Agencia Tributaria que han aterrizado (tal vez AVEado) en Valencia. Fué la oportunidad perdida ¡estaban tan cerca!. Ellos que saben contar con profesionalidad, hubieran contado cuántos habitantes somos de verdad y con su testimonio hubiéramos conseguido ser Municipio Turístico, eso sí, sin que hubiera participado ningún “electo” puesto que el recuento de ciudadanos que han venido presentando durante décadas demuestra que, o no saben contar, o lo que es peor la cuenta que presentan no era de fiar.

L'Aigüera, el nuevo Ayuntamiento, El Palacio ¿? de Deportes, la Estación de Autobuses, las Barracas Escolares, la Estructura Fósil del Mausoleo Cultural y por último el galardonado, premiado, elogiado e internacionalmente admirado Paseo de Poniente (el orden de factores, una vez más, no altera el producto) es la mejor tarjeta de presentación a futuro ante los vecinos que tenemos que ejercer el voto.

¿Dónde vamos a elegir? Entre losas cuarteadas, entre techos que se desploman, entre charcos cenagosos, entre cascadas de goteras, entre paneles desmontables, entre vergonzosas estructuras de hormigón deterioradas, entre baldosas agrietadas, entre barandillas de acero oxidable, entre desagües insuficientes... Bochornoso y deprimente el panorama que se nos avecina... ¿Más de lo mismo?... seguiremos pagando nuestros impuestos solo para subvencionar el manido ¡Y tu más!...

Hipocresía... tienes nombre de mujer y hechos de político podrido.

No, no es prudente seguir eligiendo entre ese museo de vanidades supuestamente democrático, cuando por lo que hemos visto en estas últimas décadas lo único democrático es el propio hecho del voto un día cada cuatrienio. Una vez mas no. Es necesario aprender de la experiencia.

Una nueva ventana clara transparente y luminosa se abre en nuestro horizonte ciudadano. Tenemos en nuestras manos la solución idónea. Pongamos en funcionamiento nuestro I+D+I. Sigamos eligiendo a los de siempre. Ya se sabe, más vale malo conocido que bueno por conocer y sustituyamos a su personal de confianza por personal importado de la China continental ¡hay tantos donde elegir!. Cierto es que ni nos entienden ni les entendemos, pero eso no es problema ya estamos acostumbrados al trato, lo importante es que con ellos al menos, como son una mano de obra barata que no repara en horas, conseguiremos hasta que tomen confianza una substancial rebaja de nuestros impuestos que por cierto buena falta nos hace.

Algo, es algo. “Tota pedra fa pared”.

                                                                                            José A. Corachán Marzal