LO QUE HE LEÍDO
MÚSICA | Primera jornada del festival
Con el pop saltimbanqui de Two Door Cinema Club y Veronica Falls, los himnos generacionales de Lori Meyers, el dance sensual de Delorean y las guitarras despellejadas de Los Enemigos ha comenzado esta noche el festival Low Cost. La quinta edición del evento arrancaba contagiada por el espíritu hedonista de los 21.000 asistentes en esta república independiente de la diversión que es Benidorm.
Si hubo una banda que supo captar las ganas de bailoteo que tenía el público, formado en un 95% por jóvenes españoles, según datos de la organización, ésa fue Two Door Cinema Club. El grupo y su muy efectivo juego de luces levantaron los brazos y los brincos de la muchachada con sus cancioncillas con aspecto de temazos de medianoche. Este conjunto norirlandés que empaqueta en formato golosina el revival post-punk de Bloc Party, Futureheads y Editors parece tenerlo claro: aunque en general sus canciones son demasiado similares entre ellas, casi siempre hacen catapún chimpún en el ánimo de su público con una efectividad fuera de duda.
Apenas se apreciaba la parte electrónica de su pop embriagado de síncopa; todo eran guitarras eléctricas chispeantes y una base rítmica siempre acelerada y contagiosa, en la que jugaba una baza especialmente importante el bajo, discreto motor del grupo con su pulsiónfunkie y hasta disco. Más de uno sentirá hoy las agujetas. (Nota al margen: por qué el cantante y guitarrista llevaba chaqueta y corbata, eso es algo que no resulta fácil de explicar).
En esta ciudad que es simplemente demasiado, las formas de llegar al baile fueron abundantes y de lo más heterogéneas en Low Cost. Veamos por ejemplo el singular caso de Svper, antes conocidos como Pegasvs, y su synth-pop de texturas flotantes y oscuro sonido. El dúo, formado por un asturiano y una argentina afincados en Barcelona, combinaba literalmente a todo trapo ritmos kraut, psicodelia y ruidazo shoegaze. Y la gente bailó, oh sí, como lo hizo con Lori Meyers, que comenzaron su concierto recordando a los afectados y familiares del accidente de tren en Santiago de Compostela.
El grupo de Granada es desde hace años de los que llenan con rotundidad un escenario grande y ponen a corear muchas de sus letras a más de 10.000 personas. En Low Cost se presentaron con tres guitarras eléctricas y sin rastro de la electrónica que ha ido tomando protagonismo en sus dos últimos discos, lo que demuestra que su seña de identidad, su alma por así decirlo, sigue siendo el pop-rock sin esnobismos que concilia las formas clásicas de los años 60 con la actitud indie de los 90.
Si Lori Meyers fueron en realidad más coreados que bailados, lo contrario le sucedió, lógicamente, a otro Delorean. Los vascos adelantaron el cambio de rumbo que va a cristalizar en septiembre en su cuarto álbum,Apar. Sonido más físico y mayor importancia de las melodías vocales y por tanto de un aire pop en su dance acolchado y orgánico, que interpretaron con batería, bajo, guitarras en cascada y sintetizador.
Sirvió de funcional calentamiento a todo esto la actuación de Veronica Falls, un cuarteto de Londres formado por dos chicos y dos chicas que juega la baza de la urgencia y de un amateurismo en plan entrañable para hacer olvidar las carencias de su pop sencillito. Un ulular de guitarras eléctricas sesenteras, voces despreocupadamente desafinadas, melodíasdubidá, saltitos y un permanente ruidillo garagero dieron forma a una actuación tan divertida como fugaz en la memoria.
¿Los Enemigos en Benidorm? Según se mire, tiene su lógica escuchar aquí sus polaroids en claroscuro de la gran ciudad, la mancha en el asfalto a la sombra de los rascacielos. Como viene haciendo el cuarteto madrileño desde su reunión, exhibieron su canon de rock urbano castizo con una selección de clásicos ejecutados con sequedad hiriente: Josele y sus camaradas siguen tocando solo lo necesario con tozuda determinación, pero ahora suenan mejor que a mediados de los años 90, con una arrebatadora precisión estajanovista.
Al principio de la tarde se pudo ver además a Delorentos, uno de esos grupos británicos que de repente actúan a todas horas en España. En concierto, habría que ser tan buenista como ellos para no destacar su sospechoso parecido con Mumford & Sons, una de las bandas inglesas de mayor éxito comercial en el último lustro. Aplican a un pop amable, inofensivo, una épica mofletuda para almas sensibleras, que decoran con un catálogo de gestos panolis con los que intentan transmitir que lo cantan lo sienten como muy adentro. Luego dedicaron una canción al patrocinador del escenario en el que actuaban.
El festival Low Cost, que ya puede presumir de un gran éxito de público pues se han agotado los abonos disponibles, continúa el sábado con las actuaciones de Portishead, Crystal Castles y Belle And Sebastian entre otros.
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