69 personas continúan ingresadas en distintos hospitales gallegos, 22 de ellas en estado crítico
El atestado policial concluye que el maquinista no levantó el pie del pedal de frenado automático
Agencias
Madrid
30 JUL 2013 - 09:16 CET
La extracción de la información de las cajas negras del tren que descarriló el miércoles pasado cuando cubría la ruta Madrid-Ferrol
en la localidad de Angrois, a cuatro kilómetros de Santiago de
Compostela, se llevará a cabo este martes en dependencias judiciales
bajo la supervisión técnica de un perito especialista. En la apertura de
estos dispositivos, que permanecen bajo custodia policial, estarán
presentes el director de Seguridad de Circulación de Renfe y una
comisión judicial que dará fe de ello, han informado fuentes de la
investigación.
El procedimiento consiste en introducir un dispositivo, tipo USB, para volcar la información de las cajas. Posteriormente, será analizada por la Policía Judicial, que remitirá un informe al juez instructor, el titular del Juzgado de Instrucción Número 3 de Santiago, Luis Aláez.
El atestado elaborado por la Policía sobre el accidente, en el que fallecieron 79 personas, concluye que el maquinista Francisco José Garzón Amo, de 52 años y con más de 30 de experiencia, presionó todo el tiempo el pedal conocido como hombre muerto, un dispositivo de seguridad que detiene automáticamente el tren en caso de que el conductor se desvanezca o se ausente de la cabina.
Si el conductor de un ferrocarril deja de presionar este pedal, a los 27,5 segundos el tren se frena, pero el atestado que ha sido entregado al juez recoge que el maquinista no levantó el pie en ningún momento.
El domingo, Garzón fue puesto a disposición judicial y, tras declarar durante más de dos horas, quedó en libertad imputado por 79 delitos de homicidio y una pluralidad de delitos de lesiones, todos ellos cometidos por imprudencia profesional. El maquinista ha asumido ante el juez que cometió un "despiste" al entrar a 190 kilómetros por hora en una curva limitada a 80 porque pensó que se encontraba en otro tramo. El juez Aláez ha acordado su libertad provisional sin fianza, pero el maquinista tendrá que comparecer semanalmente en el juzgado que se designe. También se le ha prohibido salir del territorio nacional sin autorización judicial durante seis meses y se le ha intervenido de forma cautelar la licencia profesional para la conducción de ferrocarriles por igual plazo.
Mientras la investigación prosigue su curso, 69 personas continúan ingresadas en diversos hospitales gallegos, 22 de ellas (20 adultos y dos niños) en estado crítico. El lunes por la tarde la catedral de Santiago acogió un funeral oficial por las 79 víctimas de la tragedia al que acudieron los príncipes de Asturias, la duquesa de Lugo, el presidente del Gobierno y un abultado número de autoridades autonómicas y locales. A la ceremonia acudieron miles de personas, por lo que tuvieron que instalarse pantallas en el exterior del templo para que todos los asistentes pudieran seguirla. En la misma también se reconoció la labor de la gente "que se desvivió por atender" a las víctimas y heridos, en palabras del arzobispo de Santiago, Julián Barrio.
El procedimiento consiste en introducir un dispositivo, tipo USB, para volcar la información de las cajas. Posteriormente, será analizada por la Policía Judicial, que remitirá un informe al juez instructor, el titular del Juzgado de Instrucción Número 3 de Santiago, Luis Aláez.
El atestado elaborado por la Policía sobre el accidente, en el que fallecieron 79 personas, concluye que el maquinista Francisco José Garzón Amo, de 52 años y con más de 30 de experiencia, presionó todo el tiempo el pedal conocido como hombre muerto, un dispositivo de seguridad que detiene automáticamente el tren en caso de que el conductor se desvanezca o se ausente de la cabina.
Si el conductor de un ferrocarril deja de presionar este pedal, a los 27,5 segundos el tren se frena, pero el atestado que ha sido entregado al juez recoge que el maquinista no levantó el pie en ningún momento.
El domingo, Garzón fue puesto a disposición judicial y, tras declarar durante más de dos horas, quedó en libertad imputado por 79 delitos de homicidio y una pluralidad de delitos de lesiones, todos ellos cometidos por imprudencia profesional. El maquinista ha asumido ante el juez que cometió un "despiste" al entrar a 190 kilómetros por hora en una curva limitada a 80 porque pensó que se encontraba en otro tramo. El juez Aláez ha acordado su libertad provisional sin fianza, pero el maquinista tendrá que comparecer semanalmente en el juzgado que se designe. También se le ha prohibido salir del territorio nacional sin autorización judicial durante seis meses y se le ha intervenido de forma cautelar la licencia profesional para la conducción de ferrocarriles por igual plazo.
Mientras la investigación prosigue su curso, 69 personas continúan ingresadas en diversos hospitales gallegos, 22 de ellas (20 adultos y dos niños) en estado crítico. El lunes por la tarde la catedral de Santiago acogió un funeral oficial por las 79 víctimas de la tragedia al que acudieron los príncipes de Asturias, la duquesa de Lugo, el presidente del Gobierno y un abultado número de autoridades autonómicas y locales. A la ceremonia acudieron miles de personas, por lo que tuvieron que instalarse pantallas en el exterior del templo para que todos los asistentes pudieran seguirla. En la misma también se reconoció la labor de la gente "que se desvivió por atender" a las víctimas y heridos, en palabras del arzobispo de Santiago, Julián Barrio.
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