Un 25
de Julio de hace solamente cinco años leíamos un artículo firmado por J. Marín
dándonos la siguiente descabellada noticia: Benidorm ultima una
Ordenanza para regularizar los retranqueos. Como la palabra ultima
no lleva acento, no lleva circunflejo, no lleva diérisis, podemos intuir desde
entonces (hace cinco años) que la ordenanza está practicamente por último,
ultimada.
Quede
todo el mundo tranquilo y sosegado, fuera nervios porque el tema ya está en
marcha. Solo han pasado cinco años, pero el asunto está marchando, marchando
como todo lo que anda en manos de nuestro Ayuntamiento y algunos tonto-vecinos
como nosotros nos creemos que está marchando. Por eso nuestro unánime grito
¡Feliz Aniversario, ultimo!
Aquí
lo único que marcha es estudiar 25 horas al día como esquilmar el bolsillo de
los vecinos empadronados (tontos), los vecinos con negocios en nuestra ciudad y
empadronados en otros lares (listos) y los vecinos vacacionales (pasotas), y
así con lo recaudado ir cobrando sueldos, comisiones, prebendas e ir pagando
favores a los amigos (brigadistas, aplaudidores, voceros, admiradores, personal
de confianza y compañeros políticos apeados) y eso si, despilfarrar cuanto más
mejor, porque ya se sabe “despilfarra como quieras, mientras puedas que en la
oposición ya no podrás porque otros d tu despilfarro se ocuparán”.
Yo no
se a quién se le pudo ocurrir emprender el estudio de reforma de una Ordenanza
que puede perjudicar a un colectivo minoritario, determinado y defindo -el
comercial- beneficiando con ello, al resto de los vecinos que somos mayoría. Si
el personaje que tuvo la idea es un funcionario, que espere en cualquier
momento la apertura de un expediente que de con sus huesos en la ihabilitación
y a continuación pase a engrosar la cola del SERVEF. Si por el contrario fue un
político, su futuro no está ni en la oposición ni en la no adscripción, sino en
la defenestración desde el Bali o el In Tempo.
¡Regular
los retranqueos! ¡Hay que estar locos! Pensemos por un momento qué sería de los
lujosos comercios asiáticos, de los cuidados y pulcros establecimientos que se
dedican al saldo permanente, al subasteo de zapatillas, chanclas, cuenta horas,
tapa vergüenzas y demás comercios de la élite comercial benidormí. ¿Qué sería
de nuestras calles sin la invasión de esos tenderetes estilistas de puro diseño?
¿Qué sería de nuestros callejones, callejuelas y avenidas sin el aliciente de los
numerosísimos laberintos creados día a día con mesas y sillas de propaganda?
¿Dónde encontrarían albergue -quiero decir asilo- nuestros tradicionales e
internacionales trileros? ¿Cómo albergarían famosos bares y restaurantes a sus
múltiples comensales y clientes contando solo con los escasos 25 metros
cuadrados de su local escriturado?. Lo dicho, ¡hay que estar locos!.
¿Acaso
estamos mentalmente preparados para sufrir la tortura de no poder ver a diario
los miles y miles de toldos, tenderetes, chamizos y cabañuelas que adornan
nuestras vías? Perder esa maravillosa sensación “zocal” sería muy lamentable,
casi me atrevería a decir que sería como perder parte de nuestra cultura (bueno
Casa no tenemos, estructura sí). Hay que tener mucho cuidado, sustituir a la
larga o a la corta, esas lujosas instalaciones ilegales por un mobiliario
urbano mínimamente decente restableciendo la legalidad, puede costarnos un
disgusto de no te muevas que no sales en la foto, y en ciertos casos con
internamiento psiquiátrico. Y eso si que no.
Suerte
que hay honrosas excepciones, como por el ejemplo el Burger-Cementerio, que no
tiene, por no tener, ni retranqueo. Solar edificado al 100%, como en tiempos de
la República. Ese se ha salvado hasta de pagar un alquiler, casualmente durante
los últimos cinco años. Por eso y otras cosas más gritamos ¡Feliz Aniversario,
ultimo!
Todo
ello sin tener en cuenta el enorme impacto que sobre los trabajadores tendría
una medida reformista que tratara de impedir economicamente la ocupación
salvaje de los retranqueos arquitectónicos. A excepción de los asalariados
asiáticos, que pueden trabajar hasta 24 horas por día, el resto que tiene la
enorme fortuna de disponer de un puesto de trabajo, ya no podrían trabajar 14
horas diarias para cobrar 8 (si las cobran). Ya no podrían secar las lágrimas
de sus mentores, tendrían muchos de ellos que sacar un número en la humillante
cola de la entidad oficial antes mencionada -humillante, bien entendido, para
algunos de los que no estamos en ella- el resto pasa.
Así
que señoritas, señoras, señoritos y señores gobernantes de nuestra ciudad, ni
se les ocurra terminar la regulación de la desdichada Ordenanza Reguladora de
Retranqueos Irregulables. El borrador de ese proyecto -si existe- ni lo
guarden, ni lo soterren, ni lo escondan. No lo contenericen cual ataúd en el
cementerio Municipal, destruyanlo sin quemarlo, y menos despues de lo ya
quemado. Tampoco lo lleven a la planta recicladora de El Campello no sea que
FCC nos haga subir la Tasa de recogida de Residuos Sólidos Urbanos ampliando su
plica. Tan desdichado proyecto propio de mentes enfermizas y esquizofrénicas,
olvidenlo. No existe. Por una vez, como excepción, dejen de pensar día y noche
en Benidorm y en sus vecinos y piensen -ya es hora- en ustedes mismos y sobre
todo en su futuro. Si por una de aquellas activaran, y viera nuevamente la luz
de los justos el citado Proyecto Reformista,
si además trataran de rematar la faena aprobándolo, sería su perdición
para siempre jamás.
¿Quién
les votaría en las próximas elecciones? ¿Qué sería de sus cargos ganados en tan
democráticas elecciones como las que venimos disfrutando durante las tres
últimas décadas?. De llevar a buen y merecido puerto tal reforma, no les
votarían ni los listos, por su propia definición, tampoco los pasotas por no
estar censados, si cuentan con las Brigadas de los Aplausos (ciertamente hay
tres) no dan votos suficientes, y por último ¿el voto de los tontos?... Tal
vez, pero si confian en ellos desen prisa porque cada día que pasa somos menos
gracias a ustedes.
Hasta
la próxima regulación. ¡Feliz Aniversario, ultima!.
José
Antº. Corachán Marzal
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