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jueves, 01/08/13 - 14:56
Un grupo de investigadores españoles ha descubierto un tratamiento precoz del mieloma asintomático de alto riesgo, que deriva en un cáncer denominado mieloma múltiple activo o sintomático, con el que ha logrado mejorar la evolución del tumor, retrasar su progresión y aumentar la supervivencia de los pacientes.
Madrid, 1 ago.- Un grupo de investigadores españoles ha descubierto un tratamiento precoz del mieloma asintomático de alto riesgo, que deriva en un cáncer denominado mieloma múltiple activo o sintomático, con el que ha logrado mejorar la evolución del tumor, retrasar su progresión y aumentar la supervivencia de los pacientes.
El ensayo clínico, liderado por los doctores Jesús San Miguel y María Victoria Mateos, ambos del Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Salamanca, ha sido desarrollado por el Grupo Español de Mieloma (GEM-PETHEMA) y ha sido publicado hoy por la revista médica The New England Journal of Medicine.
El mieloma sintomático es un tipo de cáncer que tiene una incidencia anual de 4 o 5 casos nuevos por cada 100.000 habitantes y que se produce por la transformación maligna de las células plasmáticas, presentes en la médula ósea y responsables de producir una proteína que se denomina monoclonal.
Los síntomas de los pacientes con mieloma múltiple sintomático presentan anemia, dolores óseos, alteraciones en el calcio o en la función renal.
Los nuevos fármacos para el mieloma múltiple que han aparecido en los últimos años han permitido aumentar la esperanza de vida "de forma notable" hasta situar la supervivencia media entre los cinco y los siete años, según San Miguel.
Hasta el momento, los pacientes con mieloma múltiple se tratan cuando son sintomáticos, no en el estadio previo de la enfermedad en la que, aunque no aparecen esos signos, sí se puede identificar por la proliferación de células plasmáticas anormales y el componente monoclonal.
El Grupo Español de Mieloma identificó a este grupo de pacientes asintomáticos ya en 2007 y observó además que no todos eran iguales.
Algunos iban a tardar mucho tiempo en tener síntomas y, por tanto, requerir tratamiento, y otros, que representan el 40 por ciento de los asintomáticos, presentaban un alto riesgo de progresar en la patología que el 50 por ciento de ellos iban a pasar a ser activos en los próximos dos años desde el diagnóstico.
Por ello, el ensayo, en el que han participado veintiún hospitales españoles y tres portugueses, se centró en este segundo grupo de pacientes asintomáticos de alto riesgo.
Eligieron a 120 pacientes y la mitad no recibió ninguna terapia hasta la aparición de los síntomas, mientras que al resto se les administró un tratamiento antimieloma con lenalidomida, un fármaco inmunomodulador nuevo con alta eficacia en los enfermos con mieloma activo, junto con dexametasona, un corticoide.
La terapia se ha administrado por vía oral y con un excelente nivel de tolerancia ya que sólo han presentado efectos secundarios el 10 por ciento.
Y los resultados son satisfactorios, según los investigadores, porque se ha demostrado que un tratamiento precoz demora el tiempo hasta la aparición de los síntomas de la enfermedad; en concreto, el riesgo de progresión del mieloma a sintomático era 5,6 veces más bajo en los que recibieron la terapia.
Tras 40 meses de seguimiento, el 76 % de los enfermos que han sido tratados han desarrollado el mieloma sintomático, mientras que esto sólo ha ocurrido en el 22 % de los que lo han recibido durante dos años.
Pero lo más importante del estudio son los datos en términos de supervivencia global: a los cinco años del diagnóstico, el 94 % de los enfermos que han recibido tratamiento precoz durante dos años están vivos frente al 78 % en los que se hizo lo que hasta ahora era el estándar recomendado.
El ensayo supone un cambio en la práctica clínica habitual ya que los pacientes no eran tratados hasta que no aparecían los síntomas del tumor.
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